Nos pasaron el aviso de que había un perro en mitad del campo, en condiciones lamentables y no se equivocaron, fuimos allí y nos encontramos con Tina… el puro reflejo del abandono. Estaba tan débil y frágil que a pesar del miedo que tenía, la pobre ni siquiera tenía fuerzas para huir. Tina no era más que pellejo, estaba en los huesos, tan grande y tan menuda, abultaba más su cabeza que el resto del cuerpo… llegamos a temer que quizás no conseguiría salir adelante, pero ha luchado muy duro y poco a poco ha ido cogiendo peso y lo más importante, confianza en los humanos. Al principio siempre buscaba una salida, una vía de escape por donde huir, pero ya se alegra cuando nos ve y nos saluda con su rabito. Es un amor de perra, se lleva bien con machos y hembras, con las personas y se deshace con cada caricia, con cada gesto de atención…. Ojala muy pronto alguien se fije en ella y pueda conocer el calor de un hogar.

Todos los perros de Proa se entregan vacunados, desparasitados, esterilizados, con chip y con contrato de adopción. Solo en Madrid.